Más Ferrari de lo que se cree

Ferrari Purosangue parte frontal

El Primer Encuentro con el Ferrari Purosangue

Nos unimos al sentir de los fanáticos del ‘Cavallino Rampante’ cuando se hizo el anuncio del Purosangue. No se podía permitir Ferrari romper el legado de “Il Commendatore” (Enzo Ferrari, fundador de la marca), tal sacrilegio seguro lo haría revolcarse en la tumba. 

Con esa percepción tuvimos el primer contacto, un momento difícil de digerir porque al ver de frente al Purosangue la realidad es bastante diferente. Grita Ferrari aún estacionado, ancho, bajo, agresivo y haciendo alarde de toda la ingeniera de la casa de Maranello.

El Purosangue estaba ubicado en medio de algunos de sus  hermanos más deportivos: Un 812 GTS y SF90 Spider no lograban aplacar la presencia de este aparato que, por el contrario, solo resaltaba más como un Ferrari de sangre pura.

Los prejuicios se diluyen a cada vistazo del Purosangue, sin embargo, hay tanto que respetar en la mecánica de un Ferrari, en su ADN deportivo y de competencia que solo la estética no permitía entender por qué se había llegado a este modelo.

Este encuentro se dio en el marco de los Ferrari Racing Days y el Ferrari Corso Pilota, eventos  que se llevaron a cabo en el Circuito de las Américas en Austin, Texas. Asistimos a tomar el curso de manejo gracias a una invitación dealer de la marca para Colombia y fue el espacio perfecto, no solo para aprender a conducir un Ferrari, ver algunas competencias del Ferrari Challenge,  también para poder conversar con personal de la marca acerca del Purosangue.

Lo primero que toca aclarar es que el Purosangue sí nace por la creciente demanda por ese tipo de vehículos nivel mundial y Ferrari no puede ser ajena porque es un negocio. Más allá de eso ejecutar este proyecto puso a prueba todo el ingenio de la marca, no solo por crear un producto que acompañe su legado, también porque el mismo respete su tradición.

El Corazón del Purosangue: Un icónico V12

Ferrari Purosangue parte posterior

Empezar por lo básico, el motor:  no podía ser otro que el icónico V12 de 6.5 litros de cilindrada que produce 725 caballos de potencia y pone a disposición del piloto el 80% de los 716Nm de torque a las 2.100 revoluciones. La planta motriz deriva del 812 Competizione y se mejoran los sistemas de distribución y escape para lograr la mejor eficiencia mecánica. El motor lo ubicaron detrás del eje trasero o, como se conoce, delantero central, eso facilita una mejor repartición de peso llegando a cifras similares a las de los mejores deportivos.

Motor v12 Ferrari Purosangue
Motor V12 Ferrari Purosangue

Toda la potencia pasa por una caja de 8 velocidades y doble embrague dispuesta sobre el eje trasero (como debe ser) y se usa en muchos modelos de la marca. Pensando en el compromiso de deportividad y confort, se han hecho algunos ajustes para mejorar el consumo y la suavidad al momento de enganchar las marchas.

Tiene tracción en las 4 ruedas pero con énfasis en la impulsión trasera. Por su tipología debe brindar un manejo correcto en circuito y también prestaciones “offroad” sin decir que es pensado para terrenos difíciles. El sistema, de acuerdo con el requerimiento y adherencia distribuye la potencia entre los dos ejes. Viene equipado, como su hermano, el 812, con dirección independiente en las 4 llantas. Y, gracias a su polivalencia, Ferrari debió equipar un modelo con control de descenso.

Un apartado clave para poder llamarse Ferrari es su comportamiento dinámico. Garantizada la potencia, el reto era lograr que la deportividad y confort convivan en perfecta armonía. El sistema de suspensión debe apoyar de manera correcta en el pavimento y terrenos más difíciles las dos toneladas de peso. Para esto, se equipó con Ferrari Active Suspension Technology (F.A.S.T) por sus siglas en inglés. Una suspensión activa que cuenta con cuatro actuadores eléctricos de 48 voltios que regulan el comportamiento y movimiento para siempre entregar la mejor estabilidad.

Poner 2 toneladas a 315 kilómetros por hora obligan a contar con frenos de compuesto carbón cerámico. El Purosangue, además, equipa el sistema de ABS Evo 2.0 que lleva también el modelo 296GTB, que gracias a la información de velocidad provista por el control de tracción, el sistema logra tener una estimación que exacta del deslizamiento óptimo de cada rueda al momento de frenar.

El taller de aerodinámica y diseño tenía un reto enorme entre manos, lograr que los volúmenes y limitaciones de un producto de las características del Purosangue contaran con las mejores cifras de penetración y carga aerodinámica. Todo fue meticulosamente trabajado desde las defensas hasta el difusor trasero para cumplir con el compromiso.

El habitáculo es igual al de los deportivos GT: sillas de cubo, fibra de carbono por doquier, pantallas, conexiones y todo el infoentretenimiento que exige el mercado. Cuatro plazas en las que se respira la marca sin duda. Las sillas son independientes en la parte trasera y ubicadas de tal manera que los pasajeros tengan la mejor visibilidad de la ruta.

Ya la ingeniería, mecánica, aerodinámica y diseño estaban juntos, solo faltaba en un Ferrari las cuatro puertas el espacio de carga. Lo lograron con mucho éxito y es posible viajar con las maletas de los 4 ocupantes sin problema.

Escudriñar en detalle el Purosangue daría para un artículo mucho más largo. Esta reseña es más la descripción de un primer y exclusivo contacto. Obligado cambio de la manera de pensar. Ferrari logró respetar su tradición, darle una inyección de sangre pura y ADN a este modelo que se une a una tendencia de mercado mundial. Absolutamente espectacular en todo sentido, y hablo desde el punto de vista de un ferrarista aficionado de toda la vida que no comprendía el porqué de este deportivo utilitario como lo dice la marca. 

Esperemos logren mantener esta configuración  mecánica para que el Purosangue siempre sea digno de llevar las insignias de Ferrari.

Asistimos al Ferrari Racing Days y Ferrari Corso Pilota gracias a una gentil invitación del dealer de la marca para Colombia

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